Recorrido en el tiempo a través de los libros
- 360º
- 12 nov 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 nov 2018
Por Laura Herraiz
Leía el otro día un libro en mi habitación y de repente dejé de acordarme de donde estaba, cuando me quise dar cuenta me había ido a la Inglaterra de 1840 de la mano de Edgar Allan Poe, donde paseé por calles de luz tenue y faroles medio apagados.
"Para viajar lejos, no hay mejor barco que un libro", Emily Dickinson
Creo que esta frase define perfectamente esa capacidad que tienen los libros para activar imaginaciones. Es casi irreal la forma en la que al leer conocemos lugares lejanos a los que no solo no hemos ido nunca, es que ni si quiera los hemos imaginado. La magia de los libros es la capacidad de transportarnos a otras épocas y otros lugares, hoy daremos un repaso a algunos libros que nos harán conocer nuestras ciudades favoritas como las conocieron grandes autores ¿me acompañas?
Nuestra Señora de París, Victor Hugo
Comenzamos hablando de la novela Nuestra Señora de París, en la cual Victor Hugo cuenta una historia ambientada en el París en el siglo XV y aunque el libro fue escrito en 1832, el autor hizo un trabajo de investigación excelente para mostrarnos la época descrita.

Hugo nos cuenta la historia de Esmeralda, Quasimodo y Frollo, entre otros, aunque seguramente nos suene más la versión de Disney de El jorobado de Notre Dame. Los espacios cobran una gran importancia y la arquitectura es un elemento clave, pues la catedral de Nuestra Señora de París es uno de los espacios principales en el desarrollo.

Describe a la perfección los diferentes barrios y sus divergencias sociales. A través de sus extensas descripciones -que a veces abarcan varias páginas- cuenta como son las calles, los carros con los que se desplaza la gente que tiene más recursos o la ropa de colores apagados, entre otras cosas.
Diario de Ana Frank, Ana Frank

Siguiendo con algo más actual encontramos Diario de Ana Frank, novela en la que se nos introduce de lleno en la cruel realidad de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista de una niña judía que se ve obligada a recluirse con su familia en "el refugio de la casa de atrás" durante ocho años para protegerse de la invasión de los nazis y su persecución a la etnia judía.
El Diario de Ana Frank es un libro especial porque cuenta cómo es Ámsterdam desde el filtro de sufrimiento característica de las guerras. Nos muestra una ciudad cruel y sin humanidad, en la que lo único que importa es la raza. Esto contrasta con la inocencia de Ana, quien solo es una niña que no acaba de entender lo que está sucediendo a su alrededor.
Una cita del libro describe a la perfección esta situación: "las medidas anti-judías se sucedieron rápidamente y se nos privó de muchas libertades, los judíos deben llevar una estrella de David, deben entregar sus bicicletas, no les está permitido viajar en tranvía ni en coche"

Los pilares de la tierra, Ken Follet
Con Los pilares de la tierra nos vamos al sur de Inglaterra en el siglo XII, en concreto al pueblo de Canterbury. Ken Follet habla de los problemas que conllevó la construcción de la catedral de la ciudad, hoy considerada un monumento de interés turístico importante.
Follet, basándose en numerosas investigaciones históricas, ambienta con rigor la etapa y sobre todo, se centra en la arquitectura. Explica la ruptura que supuso el estilo gótico en las estructuras del momento, pues la catedral de Canterbury fue la primera en usarlo en Inglaterra, inspirada en construcciones de Francia.
Todos estos lujos presentes en la catedral contrastan con el resto de casas de la ciudad, muy pequeñas y sucias, como también lo son las calles o las propias personas, que viven en la miseria más absoluta y mueren de hambre constantemente.
En las imágenes siguientes aparecen en primer lugar la catedral de Canterbury acabada, y también el puerto de una ciudad cercana, que se menciona varias veces en la novela.
La perspectiva de cada ciudad depende de los ojos con los que se mire. Con este repaso por algunas ciudades con historia literaria espero que hayamos aprendido a querer un poco más si se puede los lugares y sus historias. Y vosotros, ¿cómo creéis que verán en unos siglos las ciudades que vemos ahora?
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