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València, calles museo

  • Foto del escritor: 360º
    360º
  • 28 nov 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 30 nov 2018

Por Sergi Pau.


Si pensamos en arte, siempre nos vienen a la mente los cuadros más famosos como el Grito, el Guernica, la Gioconda, la noche estrellada o Las Meninas. Si pensamos en arte, siempre nos vienen a la mente los pintores más famosos como Picasso, Dalí, Rembrandt, Van Gogh o Da Vinci. Si pensamos en arte, siempre nos viene a la mente un listado de museos como el Louvre de París, el Prado de Madrid, el MOMA de Nueva York o la National Gallery de Londres. Y no, no siempre es esto, el arte no solo esta en los museos, galerias o cuadros, sino en las calles de los barrios, en los conservatorios, en la habitación de un adolescente o de una jubilada. Las canciones son arte y no se exponen, ni los bailes, ni los poemas, y sí, todo esto también es arte. Porque si, los graffitis, también son arte.


Calles, callejones y callejuelas; largas, estrechas, cortas y retorcidas, así son las calles de este barrio en el que centramos hoy nuestro punto de mira. El Carmen, ese precioso y acogedor céntrico barrio de València, artistico y bonito, urbano y al mismo tiempo, clásico.

Bienvenida/o a una de las rutas menos conocidas de esta ciudad. La ruta por los graffitis del barrio del Carmen, el museo al aire libre de València.


Anteriormente los grafitis eran considerados por muchos como simples actos vandálicos. Sin embargo, actualmente los nuevos grafitis y murales de calidad se han convertido en símbolos del arte callejero. Pues casi que el graffitero valenciano David de Limon no tiene nada que envidiar a cualquiera de los pintores que como he dicho antes, siempre nos viene a la mente su nombre al hablar de "arte".


Si hay algo -de arte- que nos recuerde que estamos en València no puede ser otra cosa que los "ninjas" que nos persiguen por todo el barrio del Carmen y que poco a poco se extienden por la mayoria de los barrios de la ciudad.

A veces tengo la sensación de que me persigue o quizás es al revés, voy yo detrás de él. Es casi imposible girar en una esquina, mirar una puerta o pasar por un solar y no ver cualquiera de los ninja o lo que sean. Estos, ya forman parte de la ciudad, si los quitaramos, nos faltarian. ¿O es que tu nunca has visto uno? ¿Quizá esté detrás tuya?


En realidad no pretendía ser ni karateka, ni ninja, es un personaje enmascarado que se dedica a pintar en las calles y que representa mi firma. Va enmascarado porque a pesar de la aceptación que tiene hoy en día el Street Art y el graffiti aún siguen siendo algo vandálico y por lo que te tienes que ocultar o esconder.

Bien, llegados a este punto, ya sabemos una de las cosas más curiosas de la ruta por el museo al aire libre de València: cuando menos te lo esperes, puede que esté a tu lado, detrás o a un minuto de tí.


Son tantos y tan distintos los graffitis que es difícil encontrar un hilo conductor entre las demostraciones de arte urbano que decoran las paredes del Carmen. Todo vale para decorar el barrio: blanco y negro o color; abstractos, caricaturescos, de ciencia ficción o realistas; belleza o denuncia; con spray, con aerógrafo, con pincel o, aunque queden fuera de la categoría de graffitis, incluso lonas con fotografías. Las obras se van degradando con el paso del tiempo y van cambiando. Es un museo sin depósito: el arte se crea, se expone y se cambia.


Si empezamos la ruta "Street Art" no hay mejor sitio que a través de las Torres de Serranos, una de las antiguas puertas de la muralla para entrar a la ciudad. Es curioso que a tan solo 200 metros de estas inmensas y majestuosas torres se encuentren obras de arte urbano. Puesto que ya ha quedado bien claro que, almenos para mí, los graffitis también son arte, cada vez que diga "obra" me referiré también a graffiti.


No hay mejor calle ni obra para empezar la ruta por este magnífico museo que por la Calle de los Colores, la calle del beso o la calle por excelencia del arte urbano: la calle Moret. Aquí podemos encontrar un Otoño en Bremen, a Deih en un puente de Venecia y el famoso grafiti del beso de València, una fotografía “robada” de una pareja besándose en London Bridge Station en 2012 bajo el lema de "hay calles de paso y una calle donde todo pasa" para el proyecto “Prohibido no besarse”.



¿Te has quedado con ganas de más? Pues ahora lo dejo en tus manos, sal de casa, dirijete a este barrio y presta atención a cada detalle en cada pared, en cada puerta, en cada milimetro de este barrio o incluso a tus pies. Disfruta y recuerda que pasearse por la ciudad es visitar, sin saberlo, una galería de arte al aire libre con obras de artistas que nos demuestran una vez más su capacidad para embellecer una ciudad, recuperar las calles y atraer un turismo inusual.





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